COMO DUELE LA MUSICA DONDE TE ENCUENTRO

¡CÓMO DUELE LA MÚSICA DONDE TE ENCUENTRO!
 El primer aire que respiré estaba perfumado con azahar de los campos de naranjos del Grao de Gandia.

Soy violero de formación autodidacta. En esta profesión que me regaló el destino he encontrado todo lo que necesito, el contacto íntimo con la madera y la música. Hacer que un material tan noble vibre con armonía es un acto mágico apasionante.

Entre virutas aromáticas de árboles que cantan, escribir poemas es tan solo una necesidad primaria de desahogo cuando incubas versos porque la vida duele.

 En realidad, este libro no es un libro de poesía. Este libro es una caja de resonancia donde, feroz pareja de amantes, combate el sonido con su silencio correspondiente. Es también la llanura donde se encuentra la luz con la adherida sombra, el pecho en el que choca el latido impetuoso con la desgana húmeda.
En realidad, este libro no es un libro de poesía. Es tierra mojada, lluvia que moja la tierra, manos que arañan la arena, arañas que tejen sin manos los sueños que perlan la noche con gotas que empapan la greda.
Este libro no es un libro de poesía. Es guarida, viento, el tren y el viaje, cristal y murallas derrumbadas, cantos, estrellas y embriones. Es el anhelo solitario del gigante de una pavana, que se envuelve en el dolor y gime en pretérito imperfecto.
En realidad, este libro, sí, es pura poesía.

 Ana Manzano Peral
Share by: